jueves, 25 de junio de 2009

Cara b


Cultura, cara B

Desde casi sus inicios, Baile del Sol ha tratado de ser una editorial preocupada no sólo de la edición de libros, sino de trabajar -solo o en compañía de otras empresas de gestión cultural de canarias- en el fomento de la literatura, en el fortalecimiento del sector del libro, en la difusión de la creación literaria de las islas.
Ejemplos de esta labor pueden nombrarse: Lee a tu gente, Acercando Orillas o la Feria de la Edición, que cumple ya siete años de andadura.
No ha sido tarea fácil. Por un lado, porque el sector no estaba unido y por otro, porque tampoco contábamos con unas líneas claras, unas políticas culturales en materia de edición a las que acogernos y sobre las que empezar a trabajar. Lo cierto es, que creemos en el potencial cultural-literario de las islas, y consideramos necesario que parte de nuestro esfuerzo y trabajo es conseguir que los que están fuera crean que también en Canarias se genera cultura.
Sin embargo, en muchas ocasiones, llegamos a pensar, que son nuestros políticos, aquellos que nos dicen que no tengamos complejos de ser canarios, los que no terminan de creérselo. A pesar de los años, sigue sin haber unas políticas claras en materia de edición, y desde luego, aún no se han puesto en marcha verdaderas líneas de ayuda y fomento a la industria del libro.
Industria, sí, digo bien. No existen circuitos literarios que ayuden a nuestros escritores a moverse, y los proyectos que se presentan en ese sentido (literart-music fue uno, y acercando orillas es otro) finalmente quedan sin apoyos suficientes para convertirse en proyectos referentes de movilidad del sector.
La lucha permanente y continua para que exista una comunicación fluida entre administración y empresa, es agotadora y nos lleva directamente al cansancio y hastío. Los escritores en muchas ocasiones caen en el discurso fácil de entender, que los editores estamos “subvencionados” y se permiten la crítica fácil, en lugar de acercarse y apoyar a quienes finalmente, son los que apuestan por su obra. Creo que es necesario un acercamiento real entre las partes para que entre todos, creamos que se puede hacer cultura en Canarias para el resto del mundo.
Escribí esto y salió publicado ayer en uno de los periodicos locales. A veces me pregunto si no es hora ya de dejarme de decir en voz alta lo que pienso.

lunes, 22 de junio de 2009

La ciudad de la luna. Jorge Majfud

Quiero invitarles a que lean esta magnífica entrevista que María José Acuña le hizo a Jorge Majfud a propósito de la nueva novela que acabamos de publicarle, y añado la recomendación de su lectura, ahora o bien cuando sean viejitos y tengan tiempo de leer todo lo que no han podido hasta ese momento. Disfruten con ella. (con ambas)
1. En La ciudad de la Luna usted recrea una ciudad perdida en el desierto de Argelia, Calataid. A través de la ficción de un espacio cerrado pareciera hablar sobre problemas más globales. ¿Por qué ha recurrido a esta metáfora para construir la novela?

JM: Para hablar de una enfermedad histórica que se presenta como una virtud de nuestro tiempo. Como en cada tiempo, los pueblos han tendido a considerarse los elegidos de Dios, la reserva moral del mundo, los poseedores de la única lengua que se entiende. Eso es algo que encontramos día a día tanto en Oriente como en Occidente. Sobre la mesa —y debajo también— están los resultados.


2. Como latinoamericano comprometido, uno de los temas que más parecen preocuparle es la realidad de América Latina y todo lo que ello significa, especialmente en los ensayos que se publican cada semana en muchos países. Si pudiera hacer una extrapolación de escenarios, ¿cuántas ciudades-sociedades similares a Calataid podría imaginar en su área geográfica de origen?


JM: Muchas. El Cono Sur de Stroessner, Videla y Pinochet. La Cuba después de aquella revolución que pareció realizar los mejores sueños de un “hombre nuevo”, libre de la locura de la avaricia del capitalismo, pero que también cayó en otra forma de orgullo cerrado que casi no deja lugar a la autocrítica. La España de Franco. En fin, la lista es larga. A pesar que el protagonista quería fugarse a Nueva York, Calataid es también —quizás, sobre todo— el arrogante Estados Unidos de los Bush y de toda esa ola conservadora que se radicalizó, especialmente, con Reagan y que no terminará con Obama. Y es también el Afganistán de los talibán. La España imperial rodeándose de muros para salvar su pureza de religión y de sangre, es el Estados Unidos conservador e imperial rodeándose de muros para salvar la pureza de su mentada “particularidad histórica”, de su Dios privatizado, de su libertad que en el discurso de los fanáticos se vuelve una momia sin vida, excusa para otras opresiones. Calataid es el ejemplo descarnado del patriotismo que se opone al humanismo oprimiendo a sus individuos concretos y a la vez se ufana de su democracia y su libertad… Bueno, como La ciudad de la luna no es una novela de misterio puedo adelantar el final, ¿no? El protagonista es sentenciado a ajusticiar en público, con un hacha, a un supuesto criminal en la plaza Matriz. Luego de resistirse a semejante bestialidad, la masa termina empujándolo a “cumplir con su deber”. Cuando la víctima está agonizando, ya sin movimientos, el protagonista le descubre el rostro y descubre a su hermana, la poeta sin piernas que escribía sus versos incendiarios en flechas de papel. Este acto, con sus variaciones, ocurrió en el Afganistán de los talibán en los ‘90. Recuerdo la foto como una pesadilla.

3. Usted dejó la arquitectura para dedicarse a la docencia y a escribir. Hace unos meses escribió un artículo que tituló “¿Por qué escribimos?” y, entre otras reflexiones, manifestaba lo siguiente: “escribo porque sufro y me apasiona la complejidad del mundo que me rodea. Escribo porque quiero batalla con este mundo que no me conforma y escribo porque a veces quisiera refugiarme en algo que no está aquí y ahora, algo que está libre de la contingencia del momento, algo que se parece a un más allá humano o sobrehumano. Pero todo lo que escribo surge a partir de aquí y ahora, de mi inconformidad con el mundo”. ¿Se siente heredero de aquellas voces que padecieron la férrea censura de la dictadura vivida por su país de origen durante más de una década?


JM: Tal vez “heredero” es una palabra muy amplia para el caso. Crecí en la dictadura y en la conciencia de la contradicción que existe entre el discurso público y los hechos a la luz de una segunda mirada crítica. Escuché esas voces muchas veces, pero no puedo saber si hay algo de ellas en mi voz literaria o simplemente toda la historia pesa en mí como pesa en cualquiera y cada uno la procesa según su conciencia, sus posibilidades y habilidades.


4. En la actualidad y, desde hace algunos años, vive, trabaja y crea (si las tres cosas pudieran considerarse compartimentos estancos) en Estados Unidos. ¿Cómo de cerca se siente de la literatura uruguaya de hoy “que se mira a sí mismo, de forma autocrítica y nada complaciente”, según palabras de Gustavo Esmoris en un reciente análisis sobre su obra?


JM: Muchos conocen mi rechazo a los patriotismos de juramentos y escarapelas. También mi profundo amor por la tierra donde pasé quizás las vidas más importantes de mi vida. Hasta que me muera, una parte seguirá viviendo en mi infancia, en mi adolescencia y juventud. Es como el lenguaje. No importa cuán correctamente escriba en inglés; nunca podré publicar algo si no siento el ritmo del texto, el color, el sabor de la palabra, de la idea, del compás discursivo. Para mí el inglés es sólo una herramienta; nunca será como el español, mi casa. Por otro lado, desde un punto de vista filosófico y literario, siento que los localismos se van aburriendo y desvaneciendo. Hoy en día casi no tengo contacto con lo nuevo que se escribe y publica en Uruguay. Es algo que siempre lo tengo como una materia pendiente. Me da la impresión de que nuestra generación latinoamericana, nuestros temas, nuestras preocupaciones ya no se definen por fronteras geográficas, ya no está atada a los regionalismos del siglo pasado, los pueblos Macondo en la América tropical, los dictadorcillos en sus islas, los Dostoyevsky en los bares de Montevideo y Buenos Aires. En fin, tal vez la nueva generación sea más cosmopolita y transnacional. O tal vez me equivoco, como tantas veces, por hablar sin pensarlo dos veces.

5. Ante la pérdida de Mario Benedetti usted manifestó sentir una “mezcla de tristeza y alegría que agradece lo vivido y lo leído” y dolor o nostalgia “como si una parte del Uruguay se hubiese hundido en el mar, estando tan lejos, y la perdí para siempre”. ¿Qué ha representado en su vida y en su obra una personalidad como la del célebre escritor que se nos fue?


JM. A Mario le debemos el ejemplo de amor a la literatura y el compromiso con su tiempo. Benedetti fue la antítesis de Borges. Creo que el exagerado volumen de su obra incluye muchas páginas que tal vez no eran necesarias. Pero lo bueno que ha dejado es tanto que se le perdona todo eso. En lo personal, es como si el Uruguay de mis primeras vidas hubiese cerrado un capítulo, como la muerte de mi abuelo. Cada paso que damos nos acercamos a la muerte. Es algo obvio, pero de sólo pensarlo al caminar da melancolía y agradecimiento por los pasos dados, por los que damos, por los pasos que todavía vamos a dar sin miedo. Eduardo Galeano suele decir que narrar es postergar la muerte. Él es un amante de Scheherazade. No puedo estar más de acuerdo en este punto. Podríamos agregar también aquello de “Stat rosa pristina nomine; nomina nuda tenemus". “La rosa ya es sólo un nombre; sólo nombres nos quedan”. Eso es lo trágico, pero también hay una esperanza: “¿Dónde está tu gloria, Babilonia? ¿Y Darío? ¿Y Ciro? Ernesto Sábato lo dijo de otra forma, en su última novela, Abaddon: “un día todo será pasado y olvidado y borrado. Hasta los formidables muros y la fosa que rodea la inexpugnable fortaleza…” O algo así.


6. ¿Cómo vivió las últimas elecciones en Estados Unidos?


JM: ¿A propósito de la inexpugnable fortaleza…? Con intensidad y en detalle.


7. Cree que pese a la crisis, la ilusión del pueblo norteamericano por Obama permanece intacta como al día siguiente de su victoria?


JM: Bueno, recuerde lo de Heráclito. Con todo, su popularidad es muy alta y no es pese a la crisis sino, en parte, por la crisis misma. Aunque ya lo habíamos adelantado en el 2006: había un recambio generacional que traería sorpresas. Y esto se manifestaba mucho antes de la crisis financiera del 2008. Claro, ya vendrán tiempos peores para su popularidad y mejores para la economía, pero se defiende muy bien. Ha impulsado cambios que son positivos. Vamos a ver si puede hacer más. Por lo que leo entrelineas de sus actos y discursos, creo que en su mente hay más claridad de lo que puede demostrar según las limitaciones que puede tener cualquier persona en su lugar.


8. ¿Ha notado algún cambio de rumbo respecto de la relación con América Latina desde que asumió el poder la nueva Administración?


JM: No. Todavía no. América Latina no importa mucho en este momento. El levantamiento de la exclusión de Cuba en la OEA, lo dijimos varias veces en las radios que nos consultaron sobre esto mismo, no tiene gran importancia más allá de los discursos hechos para consumo interno. Hay demasiados actos simbólicos, demasiados encuentros y cumbres de mandatarios y nunca pasa nada. Es para la prensa. En el caso de Estados Unidos el gran cambio se viene con la creciente influencia de los hispanos. Actualmente hay 45 millones, más de la cuarta parte indocumentados. Estados Unidos es uno de los países más populosos de Hispanoamérica, casi como España. Y esta proporción va en crecimiento, como una marea silenciosa pero inevitable. En una década o antes comenzarán a aparecer a la luz sus hijos, una generación mejor educada y con más poder económico, político y cultural.


9. Volviendo a La ciudad de la Luna, como lectores nos enfrentamos a una prosa un tanto experimental: en una misma frase pueden confluir diferentes narradores o un mismo narrador desde otras perspectivas y planos narrativos distintos, incluso mediante el uso de un castellano antiguo. Es como caminar por las dunas del desierto que retrata en la novela: desde cada una de las montañas de arena se observa una perspectiva diferente y todas son igual de verdaderas y válidas. ¿Qué ha pretendido con esta experimentación técnica en la narración?

JM: Claro, por momentos el castellano coloquial de Calataid es un tipo de castellano antiguo con sus particularidades. Una de las teorías sobre la fundación de Calataid sostiene que fue realizada por un ejército perdido de la reconquista cristiana de la península ibérica. Parte de la variación gramatical y sintáctica procede de algunos estudios que hice sobre textos originales del siglo XII y XIII e, incluso del siglo XVI, con la aparición de las estructuras lingüísticas que corresponden al “vos” que sobrevive hoy en el Río de la Plata y en regiones del norte de Sudamérica y de America Central, en lugar del más moderno “tú” que hoy usan ustedes en España. Luego algunos pronombres como “ello”, etc., son producto de una intuición personal puesta en practica sobre el origen de los modernos pronombres personales de objeto directo e indirecto. Aparte de esa particularidad lingüística, está la experiencia de la forma literaria que podríamos llamar, por momentos, una especie de “cubismo”, aunque no me gusta el término aplicado a literatura. Con todo tuve cuidado de no abusar del método para que la forma no interfiera con la historia en lugar de confirmarla. Hay una lectura en mi adolescencia que tal vez sirva como referencia. Jean Paul Sartre hizo un experimento semejante en Los caminos de la libertad (1945). Esa novela me fascinó. Allí Sartre mezclaba diferentes espacios, casi simultáneos, en un mismo párrafo. Lo único que yo he agregado es la pluralidad de voces narrativas —primera, segunda, tercera and so on— en un mismo párrafo y a veces en una misma frase. La intención era darle protagonismo a la ciudad: una idea, un prejuicio no pertenece a una persona sino que es una creación colectiva.

10. La ciudad de la Luna está ambientada al sur de Argelia y la historia transcurre en una época convulsa, políticamente hablando. En el pasado mes de abril el país celebró elecciones presidenciales y en zonas como la Cabilia, salvando las distancias, seguramente se podrían recrear los escenarios de ficción imaginados por usted para Calataid: Tizi Uzu, su capital, era una ciudad cubierta por el barro provocado por la lluvia que cayó durante la mañana. Como celoso observador de la actualidad internacional, ¿qué futuro más o menos próximo presume para un país como Argelia?


JM: El norte de África vivirá un renacimiento en este siglo pero tendrá que luchar contra sus Calataids. La ciudad de la Luna se terminó de escribir hace algunos años. Desde entonces y aún antes ocurrieron muchos hechos puntuales que ya comenté en el epílogo de la novela y que parecen predichos por la ficción. Quizás haya muchos más. Unos pueden ser casualidades, no sé, pero porque considero que la ficción es el resultado de la realidad, de las realidades que no aceptan ser llamadas ficciones, aún cuando son producto de la fantasía y el delirio de algunos personajes siniestros, no puede ser casualidad que realidad y ficción se confundan. Porque son las dos caras de una misma moneda y conociendo una se adivina la otra, como pueden serlo los sueños y la vigilia. Ahora, con respecto a Argelia. Creo que la novela se ambienta allí porque lo dictó la lógica de la ficción. Fue un proceso natural; y hoy que puedo identificar una docena de calles, rincones, edificios, arcos, sótanos, murallas y callejones con sus espacios, sus formas y sus personajes ya no podría moverla a otra parte. Es verosímil soñar, imaginar una ciudad encerrada por espesos muros, por su propia cultura y por un vasto desierto en esa región. En lugar de Argelia pudo ser Libia. No lo sé. Como ya dije antes, la historia se refiere más a un mundo esquizofrénico, orgulloso de sus miopías. Un mundo que funciona a la inversa del precepto “think globally, act locally” y, por el contrario, piensa provincianamente y actúa globalmente. Y esto, lamentablemente, es universal.


11. Para finalizar, una curiosidad: ¿existe, o ha existido, Salvador Uriburu?


JM: Sí, existe. Es uno de los personajes de la novela. Fuera de ella, he conocido a algunos personajes como él.


12. ¿Es el mismo que aparece en The Walled Society publicada el año pasado en The Humanist?


JM: Sí. Ese título, La ciudad amurallada, fue uno de los títulos de la novela y esos relatos en inglés —cuidadosa traducción de Bruce Campbell— son capítulos de la novela que publica ahora Baile del Sol en español.

domingo, 21 de junio de 2009

¿Y no podías haberle puesto otro título?




(Gracias Patxi)

Patxi Irurzun
Mi libro La polla más grande del mundo -no sé si por suerte o por desgracia para mí- no es autobiográfico. Es algo que tengo que aclarar cada vez que lo presento, o hablo o me preguntan sobre él. Y también que no es un libro pornográfico. Está claro que elegir un título como ese no fue una decisión del todo acertada. Y mira que mi madre me lo advirtió:
-¿No podías haberle puesto otro título, hijo?
Según ella, con ese título sus amigas no podrían ir a Gómez, la librería moña de Pamplona, y preguntarle al librero si tenía la polla más grande del mundo.
¿Por qué lo hice, pues, porque elegí un título tan chabacano? Porque quería que todas las miradas se volvieran hacia mí. Como el niño que está venga hacer cucamonas en mitad de una habitación llena de gente, sin lograr llamar la atención de nadie, y de repente alza la voz para gritar teta-culo-pedo- pis. Pensé que de ese modo, por fin, podría mostrarles de lo que era capaz. Una operación publicitaria, en definitiva, en toda regla, aunque un tanto inmadura y sin duda fracasada, que ha tenido efectos contrarios a los deseados: en los periódicos no han reseñado el libro, las librerías lo han escondido... Y todavía recuerdo la pasada feria del libro de Pamplona, cómo por los altavoces todos los libros presentados eran voceados con sus correspondientes títulos y al mío se convertía simplemente en "el último de Patxi Irurzun" (y eso que el spiker era un muchacho con rastas, con un aspecto de los más transgresor).Todos estos inconvenientes los intenté sortear con acciones de guerrilla promocional, como sacar mi polla aprisionada bajo las pilas de novedades y colocarla sobre pijamas de rayas o catedrales del mar. También quise hablar del libro en una columna que tenía en una edición local del periódico ADN, una columna que no llegó nunca a publicarse (ni esa ni ninguna más a partir de ese día), en teoría porque la había usado para autopromocionarme (también hice alguna alusión a la familia real y al Diario de Navarra, grupo que pertenecía al mismo grupo informativo que ADN, pero ese no era el problema, me dijeron).
Está claro que un título como este, La polla más grande del mundo, además de inapropiado, estaba gafado. Y que, desde luego, no es ilustrativo respecto al contenido del libro. La polla más grande del mundo es solo el título de uno de los 70 cuentos (o 69 más uno), de todo tipo y estilo, que lo componen y ni siquiera ese es un cuento autobiográfico o pornográfico, sino que hace referencia a una gallina de dimensiones monstruosas. Un chiste, vamos, que ya explica la portada de Kalvellido.El escritor Miguel Sánchez-Ostiz, por su parte, ya puso por escrito la inconveniencia de un título como este:
Patxi Irurzun acaba de publicar unos relatos tan duros como hermosos, ‘Ajuste de cuentos’, y no hace mucho otros reunidos en ‘La polla más grande del mundo’, que es un título que invita a no leerlo o a despreciarlo. Y sin embargo en sus páginas late un humor zumbón y una forma de mirar más pacificadora que otra cosa, en un mundo hostil para quien parece estar condenado a ser un perdedor. Junto al vitriolo, Irurzun expresa un sentido de la belleza de lo cotidiano y pequeño, una emoción común y compartible.
Creo por todo eso que La polla más grande del mundo es un digno aspirante a “Libro peor vendido” (es importante añadir lo de “vendido”, creo que hay cientos de libros que se venden como rosquillas mucho peor escritos). Aunque en mi defensa y la de mi puesto de trabajo (porque para colmo trabajo en una agencia de publicidad), debo decir que la estrategia de marketing no era tan descabellada y el blog del mismo título que abrí para promocionar el libro se acerca ya a las 200.000 visitas. No me pregunten, eso sí, cómo ni por qué llegan, hasta ese blog, los pajilleros, perdón, quise decir los internautas.

sábado, 20 de junio de 2009

PRUDENTE





Hace unos días, de vuelta de mis vacaciones cumpleañeras, leía un breve artículo-entrevista a Beatriz de Moura, que le hacían con motivo de la celebración de los cuarenta años de Tusquest. Me resultó curioso.
Hace tiempo, un amigo nos contó que en una conferencia dada por Moura, comentó que su editorial tardó 13 años en "arrancar". Al leer el artículo, me di cuenta, que hay momentos que son difíciles para todos, incluso para los que pensamos que lo tienen ya todo hecho.
Me hizo sonreir la entrevista: le preguntaban por el más vendido de su editorial y también por el peor... y hablaba de ese autor (espinita clavada decía) que era Semprún, que siendo extraordinario, no vendía lo que se merecía. Y me hizo recordar, que apenas unos días atrás, habíamos estado en Madrid, en su feria, hablando precisamente, de ese autor, en este caso, nuestro autor, al que admiro con total devoción como persona y como escritor y que tampoco nosotros conseguíamos que alcanzara la cota de venta que se merece.
La idea de ese worstseller fue de las editoriales Artemisa y Escalera, y fuimos invitados a participar en ese debate junto a otras dos, Salto de Página y Errata Naturae, tratando de buscar el porqué de esa venta que no llegó. Fue una idea genial que llamó la atención de todo el mundo.
Cinco editoriales, una de ellas representada por el autor, Carlos Jiménez, sentadas ante una sala para mí repleta. Sin embargo, y en contra de todo pronóstico, me encontraba muy tranquila.
El... no sé muy bien si llamarlo debate pasó, y dudo en llamarlo así, pues cierto me pareció lo que comentó Inma, y es que al final, no llegamos a ninguna conclusión del porqué de ese fracaso. Quizás no era lo importante.
Tomando la cervecita de celebración, pedí críticas constructivas de mi intervención.
Y no se vayan a creer que fueron condescendientes... ja! Les faltó tiempo... ni cortos ni perezosos allá empezaron. Por supuesto me pareció muy bien todo lo que dijeron, y les doy la razón, aunque confieso, que salvo una, con el transcurso de los días he conseguido refutarlas todas.
Al día siguiente, apareció la foto de todos nostros en El País.
El primer comentario que me hicieron fue: ¿Porqué te pusiste detrás?
El segundo: Aquí dice que eres prudente.
Prudente.
Me ha encantado.
Efectivamente.
Me comporté prudentemente.
No traté en ningún momento durante el debate de hablar más que ninguno de los compañeros de mesa, ni de interrumpir, ni de dar más explicaciones de las justas, ni contestar más preguntas sino las que me dirigían. Ni siquiera corregí a la periodista que moderó la mesa, cuando dijo que una de las editoriales presentes con 20 títulos, era la que más libros tenía publicados. Sinceramente, no me pareció oportuno decirle: oye mira, que nosotros pasamos de los 400. No, me pareció que era como decirle... no has hecho tus deberes, y no sabes quién es quién en esta mesa. No.
Mis compañeros me achacan que siendo la editorial con más años, más títulos, mas experiencia y más de todo... no fui sin embargo la que llevó la voz cantante. Fue así, efectivamente. Pero es que no hubiera sido yo si lo hago de otro modo.
Claro que me sabía todas las respuestas.
Claro que podía haber hablado de nuestra web, de los más de veinte enlaces a blogs de nuestros autores y de lo que eso representa, cuando te acercas y ves como se van conectando, publicitando, apoyándose unos a otros. Claro que podía hablar de diseños, portadas, colecciones... y claro que podía haber hablado de críticos. Podía haber hablado de todo eso y de más.
Pero no lo hice. Y creo que no lo hice porque consideré que la situación no lo requería.
Sé que muchos pensarán que fue un error, pero yo no lo veo así.
Creo que después de trece años, no es hora de "vender" la editorial, porque la editorial está ahí.
Y estoy muy segura de ella, de lo que es, de lo que fue, y desde luego, de lo que será, y no necesito venderla, más allá, entiéndase, de todo deber y obligación. Y por supuesto, orgullo. Venderla sí, pero a la manera de lo que es cada uno.
Creo que la editorial tiene su catálogo, tiene sus autores, tiene su proyecto, y creo que lo que hace falta ahora es otro tipo de acciones para conseguir situarla. Estamos en ello.
No que yo me convierta en mi querido Asno, de Shrek... Yo! yo lo sé! preguntame a mí! yo! yo!
Un joven autor me dijo esto ayer:
"Leí un artículo en la prensa sobre la reciente Feria del Libro de Madrid, en el que se hacía referencia a varias editoriales que están más allá de los best seller (Baile del sol, entre ellas). Entré entonces en su web y me dio la impresión de que ustedes tienen una editorial donde priman las personas y la literatura, sin que ello suponga olvidar que una editorial no es una ONG y que el aspecto económico también es prioritario..."
Creo que sobran las palabras.

viernes, 19 de junio de 2009

Lugar de ojos sobre un fondo verde

Una noche sobre tu almohada
sentí que un sueño dulce
caía despeñado hasta tu sonrisa.
Allí, con un suspiro indeleble
me lo arrebataste y lo hiciste tuyo.
Desde entonces creo
que tus labios pintan
mis deseos de besarte.
"Te doy una patada en la barriga que te saco las uñas de los dedos de los pies por los ojos". Tito Expósito. Baile del Sol.

sábado, 6 de junio de 2009

jueves, 4 de junio de 2009



Me he pasado casi todo el día en la Feria del Libro de Santa Cruz, hacía un par de años que no estaba tanto tiempo y me lo he pasado mejor de lo que esperaba.
Empezó la mañana con la participación en la mesa organizada por el escritor Samir Delgado, "Publicar en Canarias"... nos sentamos en la mesa tres editoriales cada una con su propio planteamiento. Dos jóvenes que incian su camino editor a través de la publicación de una revista (La página jóven me parece) que ya han editado tres libros, Pilar Pomares, de ediciones Idea y yo misma.
Nuestros planteamientos eran un tanto divergentes y eso evidentemente está bien.
Me sorprendió Pilar tomando la palabra y arremetiendo contra el Gobierno así, sin anestesia, diciéndo que le estaban recortando las ayudas. Más aún me sorprendió cuando se quejó del "ninguneo" que los propios escritores canarios se hacen entre sí, es decir, la editorial se toma el trabajo de ponerse en contacto con los casi 400 escritores canarios que tienen en su catálogo para que acudan a "arropar" a la editorial y al autor "colega" en el momento de las presentaciones que hacen casi semanalmente y que al final, el autor se queda únicamente acompañado por su madre, su mujer y su vecina. Recordó, que la generación canaria de escritores de los años 70, no eran así, y se apoyaban y acompañaban en su camino literario, y comentó, que los escritores deben apoyarse unos a otros.
Me sorprendió puesto que como bien dijo, y como bien sabemos, su camino editorial es la publicación sin medida y descanso de todo lo que escribe cualquier escritor canario, y sin embargo, no parecía muy contenta con el gremio. En fin... no deja de tener razón en todo lo que dijo.
Yo por mi parte, no pude dejar de hacer mis sutiles comentarios y dar mis cariñosas opiniones de los autores canarios cuando uno de mis jóvenes compañeros de mesa utilizó una palabra próxima a los "complejos" de ser canario. La verdad es que no pude con su discurso de defensa de la literatura canaria, de los escritores canarios, y de la necesidad de que padres, madres, profesores y políticos abogen por difundir la literatura canaria, den a conocer la literatura canaria, y lean literatura canaria... tanta canariedad me superó.
Creo que yo también pasé por esa fiebre, cuando era aún una joven editora y creía que era necesario defender al escritor canario frente al resto del mundo. Cuanta inocencia. Hace tiempo claro, que se me pasó.
En fin... aclaro que no todo escritor que sea canario queda fuera de mi ámbito de afecto y cariño, tengo también en Canarias, mis debilidades. De hecho, pasé una tarde estupenda con todos los que fueron a la presentación de las novedades de Baile. Presentaban Orlando, Carlos Dóniz, Daniel Bellón y Paco Croissier, y fue mágnifico. La carpa se llenó y la tarde se me pasó en un plisplas.

lunes, 1 de junio de 2009

La feria del libro en Santa Cruz





Hemos estado en el día de ayer por la feria, presentando las 23 pandoras. No sé decir si con el cambio de empresa de gestión se han producido cambios. No sé si se puede cambiar algo. Más casetas institucionales, pero el mismo programa de actos. Este año, en lugar de Vázquez Figueroa y Rosa Montero, autores de nómina fija, está Fernando Delgado.
En fin. La presentación aunque con poca gente, eran las 11 de la mañana, fue genial gracias a las autoras. La casesta llena de autores de Baile que nos acompañaban, nuevos proyectos y propuestas.
El jueves estaremos participando en una mesa organizada por la asociación de escritores de canarias sobre "publicar en Canarias: nuestra experiencia personal", un acto serio me ha dicho el organizador, y por último, ese mismo día, presentaremos y lectura de 4 novedades poéticas todas de autores canarios: Daniel Bellón, Fco. Croissier, Carlos Dóniz y Orlando Cova. Creo que estará muy bien.
Hoy me voy a Madrid. Mañana presenta Maurilio de Miguel en el Ateneo su poemario con un gran show que se ha montado. Mi deber es encontrar copas para el brindis, complicada gestión. Pasaré por el Retiro, que aún no he visto la caseta.
Pues eso... de un lado para otro.