lunes, 24 de septiembre de 2012


Termino de leer Tristessa, de Jack Kerouac. magistralmente editado por Ediciones Escalera. como siempre, voy marcando párrafos que me llegan o me llenan...

"... tu gata anda sumida en dorados pensamientos de leche y condenan al Buda a su entierro bajo un manto de angustia y enfermedad perenne. -"¿Qué están pensando?" le grita Cruz a los demás, ajena a los pensamientos dorados del gato -Con todo el gato la ama y se queda a su lado, acurrucado contra su barbilla, ronroneando, contento, con los ojos cerrados, un minino rosita como aquel que perdí en Nueva York no hace mucho, se me escapó en Atlantic Avenue y fue engullido por el estrépito del tráfico de Brooklyn y Queens, por todos esos autómatas al volante que se cargan cinco o seis gatos cada día en esa misma calle, sin inmutarse. "En cambio ete gato tendrá la típica muerte mexicana, morirá de viejo o de alguna enfermedad -y en tanto se convertirá en experto conocedor de los callejones aledaños y se le verá (sucio como un trapo) andar entre la basura con la destreza de una rata, pero eso sólo si a Cruz le da por echarlo a la calle -Pero seguro que no lo hará, y el gato se quedará junto a su mentón cargado de buenas intenciones."

al final del libro, me he encontrado con una "Nota a la actual edición", que me ha hecho decir Siiiiiiií, eso es!!!... eso es lo que aún después de tantos años te hace seguir:

"... publicar a Jack Kerouac sigue siendo para nosotros el asombro de estar publicando a Jack Kerouac, y la oportunidad de ir descubriendo, poco a poco, el mundo de entonces, los porqués de entonces. Nos hemos acercado a los beat, los hemos publicado, pero también hemos leído a sus mujeres, a sus coetáneos, a sus mayores, hemos recorrido las calles de San Francisco, y de Ciudad de México buscando las baldosas que pisaron, los rostros que escrutaron. Incluso hemos aprendido a bajarlos del pedestal y a contemplarlos solo como hombres. Y más allá el ritmo, más allá del hallazgo literario de esta Tristessa, encontramos a un ser humano. Solo, desubicado, adicto a sí mismo: un ser humano.
Todavía queda mucho camino. Que el lodo no nos ahogue, que Hermes, dios de viajeros y ladrones, nos acompañe en el trayecto."

puede que muchos no lo entiendan, pero para mí esas pocas palabras me han parecido que encierran toda la esencia de ser editor. Talía, Daniel: GRACIAS.

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