domingo, 20 de febrero de 2011



Pag 157. "El niño" Háy János

"No hace falta, y en ese punto dijeron un nombre, que era el nombre de la chica, Mari, por ejemplo, por supuesto que no era ése, sino alguno parecido, no deberías meterte en una historia así, pues no querían empujar a la chica, por una mierda de licor, a semejante estupidez, porque ella se merecía mejor suerte. Odiaban a aquel fabricante de bragas que desde hacía tantos años mantenía una relación con ella, además de con su esposa, claro. Y le prometía el oro y el moro, sobre todo que dejaría a la gilipollas de su mujer y se iría a vivir con ella, porque la esposa aquella era insoportable, no tenía una palabra amable, nunca le decía al de las bragas: has vendido la mar de bien esos chándales. La chica había esperado durante años aquel momento, y cuando dijo que: ya he esperado bastante, dile en casa que tú y yo, entonces el hombre, aquel empresario, le preguntó qué estaba pensando que quería él. Y entonces la chica respondió: vivir juntos. ¿Tú y yo?, preguntó el empresario. Tú me lo dijiste, respondió la chica, y yo pronto cumplo los treinta, así que ya va siendo hora. Entonces el hombre preguntó: ¿hora de qué? De niños, y tal. Yo ya los tengo, dijo el hombre, aquel empresario, y que él no quería otro, ni de coña, porque en el terreno en el que él trabajaba las cosas iban fatal. Ahí están esos putos chinos, es para estar contento si consigo criar a los dos que ya tengo. Hoy por hoy, sabiendo lo que sé, ni siquiera me lanzaría a tener ningún hijo, como mucho me lanzaría sobre ellos, dijo riéndose, por otro lado no le parecía que pudiera dejar a su esposa, al fin y al cabo era la que había dado a luz a aquellos niños. Entonces la chica respondió: a mí también me gustaría dar a luz, y entonces podría ser como ella. Entonces el hombre dijo que aquello no podía suceder, porque él no quería tener más hijos, de modo que ella de ninguna manera podía ser como su mujer, y por tanto que aquella chica se fuera a la mierda de una puta vez -dijo el empresario, y añadió que no lo quería decir de forma tan brusca, después de todo había habido cierta intimidad entre ellos, pero la actitud de la chica le obligaba a ello. Pues así ocurrió que depués de seis años de relación el hombre se deshizo de la chica como de un moco sacado de la nariz, hecho pelotilla y lanzando a la alfombra, en la que no se notaba, puesto que era una alfombra oscura. Así perdió el interés el hombre por aquella maestra."

me parece escuchar la voz de mi madre (voz de la sabiduría), ¿ves mariadelosangeles? todos los hombres son iguales. y yo... no ma, eso es un tópico, una frase hecha, lo que pasa es que aquí el autor lo que busca... mariadelosangeles, hazme caso mija, que nunca me haces caso...

(Baile del sol, 2011)

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