jueves, 11 de diciembre de 2008

Del libro...


¿Porqué hemos hecho un imperativo moral de la lectura de los libros?
Hay que leer decimos; hay que leer, repetimos. Para ser mejores personas hay que ser más lectores.
Pero ¿por qué no hacemos un parecido proselitismo cultural con la música, la danza, el teatro, la pintura, etcétera?
Suponiendo que un pintor no lea libros o no lea muchos, y suponiendo que un bailarín no entregue casi nada de su tiempo a leer libros, ¿cómo podemos estar seguros, nosotros los lectores librescos, de que esas personas no son mejores a pesar de no leer libros? ¿Acaso son infelices con lo que hacen? ¿Acaso esas habilidades, esos talentos, ese conocimiento y ese placer que los impelen a pintar y a bailar no los han hecho mejores? ¿Porqué necesitan, forzosamente, leer libros, si la vida no resuelve su felicidad o su dolor únicamente en los libros y con los libros? ¿Somos mejores, moralmene y aun intelectualmente, nosotros los lectores y los escritores, que los pintores, los bailarines, los músicos, etcétera, nada más porque leemos más libros que ellos?
Juan Domingo Argüelles. Del libro, con el libro, por el libro... pero más allá del libro, Ediciones El Ermitaño, 2008

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