sábado, 6 de noviembre de 2010



"... Stoner veía a sus invitados en la puerta principal y se quedó un rato, observándoles descender las escaleras y alejarse de la uz del porche. El aire gélido le rodeabas y le aferraba, respiraba profundamente y el frío intenso le revigorizaba. Cerró la puerta sin ganas y se giró, el salón estaba vacío, Edith ya había subido. Apagó las luces y cruzó la desordenada sala hasta las escaleras. La casa ya empezaba a parecer familiar, se agarró a una barandilla que no podía ver y se dejó guiar hacia arriba. Cuando llegó al final de la escalera pudo ver que el pasillo estaba iluminado por la luz que salía por la puerta entreabierta de la habitación. Los tableros crujían mientras caminaba por el pasillo y entraba en la habitación.

La ropa de Edith estaba desperdigada por el suelo al lado de la cama, cuyas sábanas habían sido retiradas sin cuidado; ella yacía desnuda y brillaba bajo la luz sobre la sábana blanca sin arrugar. Su cuerpo aparecía relajado y lascivo en su descuidada desnudez y relucía como oro blanco. William se acercó a la cama. Ella estaba casi dormida, pero mediante un efecto óptico su boca entreabierta parecía entonar las palabras mudas de la pasión y el amor. Se quedó mirándola durante largo rato. Sentía piedad distante, amistad desganada y respeto familiar, y sentía también pena cansada, porque sabía que ya, nunca más, el verla le traería la agonía del deseo que una vez había conocido y sabía que nunca se emocionaría por tenerla cerca como antes le había pasado. La tristeza disminuyó y la arropó con suavidad, apagó la luz y se metió en la cama junto a ella."

Re-leo, re-corrijo y re-descubro esta novela, Stoner, de John Williams. Apenas llevo cien páginas y estoy re-disfrutando de ella mucho más que la primera vez que la leí. Me habla de las decepciones y las tristezas de la vida, del amor y la fuerza. Me habla del silencio. No me queda otra, que compararla con la imagen de un mar que sencillo y tranquilo te mece, te envuelve, te relaja, pero de pronto, sin esperarlo, sin darte la opción de escapar, llega una ola y te deja enchumbadito. Ahora entiendo al editor jefe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy deseando que la saquen ya!!..con esta promoción tan entusiasta!!..nada, que desde que la re-corrijas y la tengan lista , me compro la novela.
Gatacristi, me encantó verlos en el SILA, les felicito nuevamente por este encuentro tan especial y tan perfectamente organizado.. y deseando estoy que llegue septiembre próximo. A mis futuros septiembres ya los llamo silas..
besos, Magda