domingo, 21 de noviembre de 2010



Y entonces me doy cuenta, de mi falta de interés por los avatares político-culturales-de-canarias, sobre todo, de los que han estado dando vidilla en los últimos tiempos a estas apáticas islas.

No estoy segura si fue esta, o fue la semana pasada, cuando volvieron a arremeter contra el fabuloso programa Septenio (ironía). Sencillamente no me había enterado de nada, un simple runrun, y aún teniendo los periódicos, no me he parado diez minutos a leerlos. Mientras conducía anoche, me iba preguntando si es que el tema me había pillado fuera, pero no, estaba aquí. Así que no me queda otra que sencillamente reconcer mi total indiferencia. De todo el revuelo, con lo único con lo que me he quedado, es que al señor Fuentes Curbelo le han pagado 450 euros por una aportación poética (sonetos, madre mía), y me quedé con el asunto, porque evidentemetne, el tema me toca de cerca.

En fin... supongo que este desencanto será pasajero. Supongo que con las fuercitas que le quedan a uno, lo único que desea es que llegue alguien con dos dedos de frente y sea capaz de escuchar... escuchar a quien también tiene dos dedos de frente, claro... de lo otro ya tenemos.

Les dejo con un fragmento de "El mal de Portnoy", de Phipip Roh. Ilustrativo.

"La mitad del recorrido por el túnel se me va en bajarme silenciosamente la cremallera... Y hela aquí de nuevo, hela cómo se levanta de un empujón, tan túmida como siempre, a punto de reventar por sus propias exigencias, como un idiota macrocéfalo que hace desgraciados a sus padres con sus insaciables necesidades de mentecato.

"Hazme una paja", me dice este monstruo sedeño. "¿Aquí? ¿Ahora?" "Por supuesto que aquí y ahora. ¿Cuánto supones que va a volver a presentársete una oportunidad como ésta? ¿Sabes qué es esa chica que ahora duerme a tu lado? Mírale la nariz." "¿Qué nariz?" "Ahí está la cosa: ni se le ve, de lo pequeñita que la tiene. Mira ese pelo, como hilado con rueca. ¿Te acuerdas de lo que era lino, que lo estudiaste en el instituto? Pues ahí tienes: ¡lino humano! Pedazo de schmuck, ¡es una auténtica McCoy, una shikse total! ¡Y dormida! Aunque también cabe la posibilidad de que se esté haciendo la dormida, no lo descartes. Haciendo como que, pero diciendo por lo bajinis: "Venga, muchachote, hazme todas las marranadas que siempre has querido hacerme." "¿Es eso posible?" "Cariño mio", canturrea mi polla, "permíteme iniciar la enumeración de las muchas y variadas marranadas que le gustaría que le hicieses. Para empezar, quiere que le agarres con ambas manos esas tetitas de shikse que tiene y que la hagas desmayarse." "Dios mío, hacerla desmayarse." "Es una oportunidad que puede no volver a presentársete. En tu vida." "Sí, bueno, pero ahí está el asunto, ¿cuánto tiempo voy a necesitar? El conductor del autobús tiene más x e y que vocales en el apellido. ¡Si mi madre no se equivoca, los polacos descienden directamente del cabestro!"

Pero ¿cómo demostrarle que no tiene razón, a una polla empalmada? Ven der putz shteht, ligt der sechel in drerd. ¿Conoce usted este famoso proverbio? Cuando la pija se levanta, la sesera se rebaja. Cuando la pija se levanta, la sesera no vale para nada. ¡Y qué verdad! Se alza en el aire y se mete, como un perro saltando por el aro, en el brazalete de índice, corazón y pulgar que tengo preparado al efecto. Una manualidad para tres dedos que ejecuto mediante sacudidas de uno o dos centímetros, empujando hacia arriba desde la base; es el mejor procedimiento, habida cuenta de que estamos en un autobús: cabe esperar que, así, mi cazadora de zylon reduzca al mínimo sus meneos y brincos. Ni que decir tiene que semejante técnica trae consigo la renuncia a lo más sensible, que es la punta, pero ya se sabe que, en muchas de sus partes, la vida es sacrificio y autocontrol; eso es algo que ni siquiera un demonio del sexo puede permitirse el lujo de ignorar".

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