domingo, 1 de marzo de 2009

Del libro... (6)




En ocasiones me encuentro con algún que otro autor que se cree con la suficiente soberbia como para hacer comentarios a su entender de índole irónico o que considera simpáticos en referencia a la capacidad de quien suscribe, o de la editorial a la que le manda una obra pidiéndo sea publicada. Algunas veces sucede cuando le rechazas la obra, otras, cuando no puedo abrir el programa en el que me manda la obra...
Dichos comentarios no me molestan, al contrario, me hacen mucha gracia porque por mi corta experiencia sé que el ego del escritor acaba con él, sin necesidad de que el editor le ayude.
Hoy escribo con cariño este apunte pensando en ellos...
"La sabiduría del editor" de Hubert Nyssen. Trama Editorial. 2008
..."Cuando me vuelvo hacia el pasado, la aventura editorial que he vivido no me parece haber sido posible a no ser por la aparición intermitente de un hilo incandescente que la locura disponía delante de mí, hilo de Ariadna para indicarme el camino que tomar en los laberintos de la prudencia y los atolladeros de la sabiduría. Una mancha blanca en la pared del salón de la masía donde vivo me lo recuerda cada día. Había allí, antaño, un magnífico Concetto spaziale que había comprado a Lucio Fontana. En Milán me explicó que las laceraciones que había practicado simbolizaban el desgarro que se había apropiado de él cuando había tomado conciencia de la ausencia de Dios. No era por tanto una obra ordinaria. Ahora bien, dos o tres años después de la creación de la editorial, fui amenazado por lo que la gente de las finanzas llaman el tijeretazo. O encontraba el dinero o cerraba el negocio. De repente tuve la impresión de que el Concetto spaziale me hacía una señal y una de las laceraciones un guiño. Sabía que un coleccionista codiciaba ese cuadro al que yo quería como a la niña de mis ojos. Algunos días más tarde, en el andén de la estación de Aviñón, intercambiaba con él el Concetto spaziale a cambio de un puñado de dólares que iban a permitirme proseguir la aventura editorial.
Ser editor, lo supe aquel día, no es solamente poseer un savoir faire y el recuerdo de ciertas enseñanzas. Consiste, en primer lugar, en manifestar un "querer hacer", aliado con un querer soñar. Es también en ocasiones un "saber sobrevivir". Digamos más sencillamente que es tener un ápice de esa locura que Bourdalouse llamaba aheurtement, o si se prefiere: ser más obstinado que una mula".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, pienso que precisamente eso, leer a tanta gente y encontrar cada "loco con su tema" es impagable ... hasta el punto que a veces, he fantaseado con la idea de montar una editorial ficticia donde recibir cartas de autores y sus originales (aunque luego, claro,no publicaría ninguno):una especia de cabina voyeur literaria.
;-)

PD:¿Aceptas una sugerencia sobre el blog?. Por favor,¿puedes elegir un color más claro de fondo en el blog?.Leer el texto sobre un fondo negro es difícil y cansa un poco, ¿me lo parece sólo a mí?. (¿Estará leyendo Vukusic ésto también?,por favor leer cosas tan interesantes debería ser más cómodo).