jueves, 27 de septiembre de 2012



... "Dos semanas más tarde nos hicimos amantes.
Nos hicimos amantes de un modo totalmente imprevisto para mí. Creo que aquella misma noche decidí que seríamos amantes, y no parecía haber nada en mi conquista de Julio Antonio que la distinguiera de las otras. Aunque sentía afecto por su esposa, que además era mi prima, me parecía una mujer trivial, tan pesada como la mayoría de las mujeres, y Julio me parecía un hombre como todos: tan ansioso del poder de la conquista como del placer del amor.
Para alguien que no sea adepto de este juego, las etapas de una seducción pueden parecer ridículas, pero no lo son más que los distintos pasos de un baile. Los bailarines bailan, y su placer es su destreza. Todo está calculado, desde el primer intercambio de miradas hasta el apareamiento final. Y el fingimiento mutuo de los participantes es una parte esencial de tan complicado juego: ambos se fingen indefensos bajo el peso de la pasión, y cada avance, cada retirada, cada consentimiento, cada negativa son necesarios para que el juego se consume con éxito. Y sin embargo, siempre es la mujer quien gana en ese juego, y creo que siente un cierto desprecio por su antagonista, pues es conquistado y usado aun cuando piensa que es él el que conquista y usa. Ha habido ocasiones en mi vida en que por aburrimiento he abandonado el juego y he atacado frontalmente, como un soldado de vanguardia abordaría a un aldeano. En todas esas ocasiones, el hombre, por muy sofistivado que fuera y por mucho que quisiera disimular, sentía un enorme sobresalto. El final era el mismo, pero para mí no era una victoria del todo completa, pues no había secretos que ocultar y por tanto no tenían ningún poder sobre su persona".



Este pequeño fragmento pertenece a "El hijo de César", de John Williams... Diosssss! cómo me gusta (Williams). Aunque nada tiene que ver esta obra (editada en 2008 por ediciones Pámies) con nuestro Stoner, su forma de narrar es igualmente intensa. Esa forma que me parece tan en equilibrio, incluso diría lineal para de repente zas!... encontrarte con toda la fuerza, con solo dos frases, en un breve párrafo final. Me ha gustado, pero claro... Stoner es mucho Stoner.

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