sábado, 27 de marzo de 2010


Me despierta la idea de que tengo en esta mañana, que rellenar un pequeño cuestionario para El Cultural-El Mundo Digital.
Me ronronea en la cabeza eso que me dicen... que se pueden incluir anécdotas, y la verdad, quien me conoce, sabe que yo anécdotas, anécdotas las justas.
Así que me pongo a buscar la respuesta "más amena" que se me ocurra para la primera pregunta: cuando empezaron.
Cuando empezamos yo no estaba.
Estaba Tito Expósito poniendo en marcha fancines (el famoso Orín Desteñido) que luego distribuía bajo suscripción por media españa. Sobre todo, (creo recordar me contó una vez), por el País Vasco, por aquello del marcado acento independentista de la época.
Yo tampoco estaba cuando Tito puso en marcha la revista Baile del Sol, (mi neurona, apoyada en la almohada hace un kitkat y me pregunta si no tendré en algún lugar de la estantería de los libros un ejemplar)... cuando me levanto un rato más tarde, la busco... y sí, una de ellas está ahora a mi lado... la numero 10. En portada, el precioso logo de la editorial marcado por ese sol. A la derecha, la imagen del continente africano en un círculo, y unas palabras: tigzirin tiknariyin Tadrest N Tafurt... (sabe dios...).
La mano (el alma) de su creador, se refleja ya desde el índice: y así leemos... ESTO ES LO QUE HAY, y como desglose las siguiente secciones: Déjate estar; Ajecho; El bereber en el Magreb; Serie africana; Pipa de Guarapo; El Tambor de los Chinijos....
Pero todo esto fue después, cuando me levanto.
Un rato antes, con la neurona apoyada en la almohada, aun enfrascada en la respuesta, seguí redactando...
Empecé unos años después, a finales del 96, y lo que me cautivó fue ver cómo se hacía, participar en la creación de un libro.
En aquellos tiempos, todo se hacía en casa: impresión, guillotina, paginación... incluso recuerdo al evaristo pegando portadas... doblando cubiertas por las marcas de corte, cola, pincel, cuerpo del libro... y tres trabas de colgar la ropa hasta que se secara... un libro, dos libros, tres libros, cuatro... paciencia infinita, vocación, amor: por aquello que te gusta.
En esa época empecé yo, cuando ya habían algunas colecciones y varios libros.
El mejor recuerdo de aquellos años, el que me voy a llevar, es aquel en el que me veo paginando en la cocina que nunca se usó, en casa de los padres de tito, donde baile del sol tuvo su fortaleza muchos años: paginando las tardes de domingo con su padre (carrusel deportivo al fondo): una página él, otra yo, una él, otra yo... empezando por una esquina, terminando por otra: "mija" "don juan"... los cortados-caféconleche de doña carmen (carmenrosa) y antes de irme, una tortilla francesa con queso y plátano.
Nunca más las comí. Se me ha ido el baifo...
Por donde iba... ah!... cómo empezamos... así... así empezamos.
Sin embargo me temo, hablando sola haciendo el café, que esta respuesta, aún sin anécdotas, es poco profesional.
Ahora, ojeando Baile del Sol, la revista, destaco una frase de ese Déjate estar, su editorial: Como hemos hecho desde el principio,animamos a todos los que estén interesados en colaborar de alguna forma, a que nos escriban comentándonos sus ideas para hacer del Baile del Sol, una revista participativa y en definitiva, de todos los interesados por la cultura continental, insular o aquellos temas (ecológicos, antimilitaristas, sociales...), que nos estimulen a conservar este mundo y su futuro lo más natural y humano posible.

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