domingo, 23 de enero de 2011



"... Y lo que es aún peor: sin tan siquiera sospechar que había una cosa llamada lenguaje y que era eso lo que podía dar vida
a una literatura. El resultado era que un escritor de Corrientes o
Maldonado escribía y era leído como un Flaubert (mal) traducido
nunca había escrito. Y para complicar el cuadro, estaba bastante
arraigado en la mente de los que presuntamente hacían “crítica
literaria”, en la de algunos editores oportunistas y, sobre todo, en
la de los autodenominados literatos locales —o sea, hablamos de un grupito de evidente mediocridad intelectual pero que de todos modos dictaba el rumbo al posible lector—, estaba muy presente en la mente de esa gente cierta concepción laudatoria de la escritura, algo cercano al belletrismo profundo y de un no menos profundo mal gusto literario, lo que generaba una cantidad asombrosa de textos insignificantes y ampulosos que eran consumidos por un público pretenciosamente “culto y lector”, es decir, una red de compadreo formada por los amigos del autor, “colegas de escritura” y fieles del rebañito literario, donde evidentemente no faltaban el arribismo y los oportunistas. Y al tratarse de Argentina, egos gigantes, provincianismo etc., corría la idea de que si no los leían fuera de allí el problema era de los que no los leían y que ellos se perdían conocer una “gran literatura”."

Los lados del círculo. Amilcar Bettega (del texto). Lola Núñez Flores (de la traducción) Baile del Sol 2011

1 comentario:

Patry dijo...

¿Absorventes?
Puede que haya querido usted escribir "absorbente" que, como sabe, en su segunda acepción, significa "dominante, que trata de imponer su voluntad a los demás".
Reciba un cordial saludo de un admirador (comprador de libros) de su editorial Baile del Sol.