domingo, 28 de febrero de 2010


Tengo que pararme un momento, y hacer una pequeña referencia al blog de Dulce Xerach, Diario de una Parlamentaria, que siempre me resulta interesante, y con menos frecuencia de lo que quisiera visito. Desde hace unos días, ha comenzado un nueva "batalla", un análisis de la puesta en marcha de un Plan Estratégico de la cultura en Canarias desde finales de los noventa y su devenir posterior, podemos encontrar algunas joyas...


Mi hipótesis es que se quedó a medias porque se frenó intencionadamente desde la Institución que lo había puesto en marcha (donde no hubo cambio político pero sí de personas) y el sector cultural no tuvo la visión de lo que tenía que hacer, ni la sensación de tener el poder suficiente para evitar este freno al camino marcado por el plan.
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la cuestión de la apuesta por la creación de empresas canarias en el sector de la gestión cultural y la externalización de la gestión de servicios culturales públicos y su evolución es para mi la más difícil de evaluar con objetividad. Realmente en este tema no puedo sino decir lo que viví: que se abandonó por completo esta idea del Plan desde 2003 por el Cabildo de Tenerife que dando un viraje a lo que había sido su política hasta ese momento se dedicó a fomentar justamente todo lo contrario: el no apoyo a la emprendeduría en materia cultural, el abandono del apoyo al sector editorial, la no descentralización ni externalización de ningún servicio sino todo lo contrario: la centralización y gigantización de las estructuras que prestan –o intentan prestar- los servicios públicos culturales. Creo que esto ha dado lugar a la pontenciación desde 2003/2004 de una cierta competencia desleal contra las empresas del sector cultural desde la institución que inicialmente las había animado a crearse, sobre todo se ha desarrollado esta competencia desleal -tal vez involuntaria aunque me cuesta creerlo- a través de IDECO, una empresa pública que se creó para la gestión de cuestiones muy diferentes a las que ahora realiza.
Esta cuestión de la competencia desleal a las empresas del sector es probablemente la que considero más grave de cuantas han ocurrido, pues el Plan se puso en marcha fundamentalmente para apoyar a un sector que quería poder vivir de la cultura como de cualquier otra profesión, sin ingerencias ni deslealtades, sino todo lo contrario, con el mismo o similar apoyo público que tienen otros sectores como la agricultura o el turismo.
En fin, es por esto, y por otras muchas cosas, por lo que Dulce Xerach cuenta con el apoyo de muchos de los que nos dedicamos a la gestión cultural en las islas. No siempre estoy de acuerdo con lo que hace y dice, pero sus acciones nos demuestran que creía que estas islas podían convertirse en una referencia de la cultura a todos los niveles, creía en la necesidad de fomentar y fortalecer el tejido empresarial de la islas. Es cierto, que una vez que se marchó, todo lo que puso en marcha se fue poco a poco eliminando y que el sector como siempre no hizo nada, quizás se fue demasiado pronto y aún ni nosotros mismos nos creíamos que se podía producir algún tipo de cambio.
Muchos seguimos esperando que vuelva.
O bien, esperamos que algún día, alguien no tenga miedo de seguir sus pasos, creer en lo que dice y luchar para ponerlo en práctica.

1 comentario:

Tomascopolo dijo...

Tienes razón, a pesar de todo, con Dulce todo iba mucho mejor. Tenía sentido de estado, tenía claras las políticas que había que llevar a cabo. Tenía visión y era valiente.